Belfast, 3 de mayo de 2025 – Tras su histórica victoria en el Masters 2025, donde Rory McIlroy se alzó con la codiciada chaqueta verde y un premio de 4.5 millones de dólares, el golfista norirlandés decidió tomar un desvío inesperado antes de regresar a casa. En un gesto que ha enternecido a sus seguidores, McIlroy viajó a Inglaterra junto a su esposa Erica y su hija Poppy, de cuatro años, por una razón profundamente personal que refleja su compromiso con la familia y sus raíces.

Según reveló una fuente cercana al campeón a The Telegraph, el viaje a Inglaterra tuvo como propósito visitar a los abuelos maternos de Poppy, quienes residen en un pequeño pueblo cerca de Liverpool. La pareja quiso asegurarse de que Poppy pasara tiempo de calidad con sus abuelos, especialmente después de los intensos meses de preparación para el Masters. “Rory y Erica querían que Poppy compartiera este momento de alegría con su familia extendida. Para Rory, ganar el Masters no solo era un logro personal, sino también una oportunidad para unir a sus seres queridos”, afirmó la fuente.

El gesto adquiere un significado aún mayor tras el anuncio de McIlroy de donar la totalidad de su premio a la construcción de refugios para ancianos sin hogar en Irlanda del Norte. Antes de dirigirse a Belfast para supervisar los primeros pasos de este proyecto benéfico, McIlroy priorizó este viaje familiar, destacando su deseo de mantener un equilibrio entre su carrera y su vida personal. “La familia es mi ancla. Ganar torneos es increíble, pero estos momentos con Erica y Poppy son los que realmente importan”, confesó el golfista en una breve declaración a Sky Sports.

Los aficionados han aplaudido la humanidad de McIlroy, inundando las redes sociales con mensajes de admiración. Imágenes de la familia paseando por un parque inglés, con Poppy corriendo alegremente mientras Rory y Erica sonreían, se han vuelto virales, mostrando un lado cálido y accesible del campeón. Este acto contrasta con la intensidad del Masters, donde McIlroy superó a rivales como Scottie Scheffler y Jon Rahm en una épica ronda final.
Tras la parada en Inglaterra, McIlroy llegó a Belfast, donde fue recibido como héroe. Su iniciativa para ayudar a los más vulnerables ha consolidado su legado más allá del golf. Mientras planea su próximo torneo, la prioridad de Rory sigue clara: la familia y el impacto positivo en su comunidad. Este capítulo de su vida demuestra por qué McIlroy no solo es un ícono del deporte, sino también un modelo de generosidad y amor familiar.