En una noticia que ha sacudido al mundo del deporte y del entretenimiento global, el reconocido multimillonario LGBT y CEO de Apple, Tim Cook, habría ofrecido al joven talento del FC Barcelona, Lamin e Yamal, un contrato de patrocinio valorado en 200 millones de dólares. La propuesta estaría vinculada a la temporada de LaLiga 2025 e incluiría una condición clara: que Yamal continuara apoyando públicamente a la comunidad LGBT de forma permanente a través de campañas mediáticas.

Según fuentes cercanas a las negociaciones, el acuerdo contemplaba la imagen de Yamal como rostro principal de una campaña internacional que buscaba visibilizar y promover la inclusión y el respeto a la diversidad dentro del fútbol profesional. Dada su juventud, carisma y creciente influencia mundial, Yamal habría sido considerado el embajador perfecto para representar los valores de igualdad y tolerancia.

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención no ha sido la cifra astronómica del ofrecimiento, sino la respuesta del futbolista. En lugar de aceptar inmediatamente o rechazar de forma directa, Lamine Yamal pronunció una sola frase. Una declaración breve pero contundente, que según testigos dejó en silencio a todos los presentes y rápidamente comenzó a circular en redes sociales, generando debate global.

Aunque el contenido exacto de sus palabras aún no ha sido revelado oficialmente, muchos medios señalan que su respuesta fue profundamente reflexiva y cargada de significado, provocando reacciones divididas tanto entre sus seguidores como en el entorno deportivo y político.

Mientras algunos elogian su madurez y autenticidad, otros cuestionan si figuras públicas deben ser incentivadas con sumas millonarias para pronunciarse sobre temas sociales. Ni el entorno de Yamal ni representantes de Apple han emitido comentarios hasta el momento.
Lo que sí es claro es que este episodio abre nuevamente el debate sobre el papel de los deportistas en las causas sociales, el uso de la influencia mediática, y la delgada línea entre convicción personal y compromiso publicitario.
Lamine Yamal, con apenas 17 años, ha demostrado una vez más que su impacto va mucho más allá del terreno de juego.