En un giro inesperado que ha dejado al mundo del entretenimiento y los negocios en shock, Elon Musk, el CEO de Tesla y SpaceX, ha adquirido la cadena de televisión ABC por la suma de 790 millones de dólares. La noticia ha sorprendido a muchos, pero lo que ha dejado a la opinión pública aún más estupefacta es la decisión de Musk de cancelar el programa “The View” después de que el renombrado actor Robert De Niro lo llamara “idiota” en pleno aire.

La adquisición de ABC, una de las cadenas de televisión más antiguas y de mayor influencia en los Estados Unidos, marca un paso audaz en la estrategia de Musk de diversificar sus intereses y expandir su influencia más allá de los campos de la automoción y la tecnología espacial. Aunque el trato ha sido aprobado por los reguladores pertinentes, la razón detrás de la cancelación del popular programa matutino se ha convertido rápidamente en el centro de la atención mediática.
Según fuentes cercanas a Musk, la cancelación de “The View” se produjo después de una intervención inesperada de De Niro durante una entrevista en vivo. El actor, conocido por su carácter firme y su franca postura política, había sido invitado al programa para hablar sobre su carrera y sus opiniones sobre diversos temas sociales. Sin embargo, durante la conversación, De Niro no pudo evitar referirse a Musk con un insulto, llamándolo “idiota” en una discusión sobre el futuro de la inteligencia artificial y el impacto de la tecnología en la sociedad.
El comentario de De Niro, que dejó a los conductores del programa y a la audiencia en un estado de asombro, fue interpretado por algunos como un ataque personal hacia Musk, quien no es ajeno a las controversias públicas debido a su presencia en las redes sociales y sus comentarios provocativos. Sin embargo, lo que parecía ser una simple broma o un desliz por parte de De Niro rápidamente escaló a un enfrentamiento entre los dos.
Musk, conocido por su temperamento impredecible, no tardó en responder. Horas después del incidente, su equipo de prensa emitió un comunicado en el que anunciaba la cancelación de “The View”, citando como razón “el ambiente tóxico y la falta de respeto hacia los individuos que trabajan arduamente para cambiar el mundo”. Aunque muchos especulan que esta medida fue una represalia directa, también se ha sugerido que Musk podría haber tenido planes de reestructurar ABC, una vez completada la compra.
Por otro lado, el programa “The View”, que ha sido un pilar de la programación matutina de la cadena, se ha encontrado en el ojo del huracán. Los conductores del programa, incluyendo a Whoopi Goldberg y Joy Behar, se han mostrado desconcertados ante la decisión de Musk y han lamentado la cancelación, aunque insisten en que el comentario de De Niro no fue una invitación a un conflicto.
La controversia ha generado una reacción mixta entre el público. Mientras que algunos apoyan a Musk, considerando su reacción como un acto de defensa personal ante lo que consideran una humillación pública, otros critican su enfoque autoritario y su tendencia a tomar decisiones drásticas frente a los desacuerdos. “Elon Musk tiene derecho a defenderse, pero cancelar un programa por un comentario de un invitado es un paso peligroso”, comentó un analista de medios que prefirió no ser identificado.
En lo que respecta a la compra de ABC, se espera que Musk utilice su nueva adquisición como plataforma para promover sus proyectos y visiones futuristas. Según fuentes cercanas, Musk planea transformar ABC en un espacio para discutir temas relacionados con la ciencia, la tecnología y la sostenibilidad, temas que él mismo considera fundamentales para el futuro del planeta.
Mientras tanto, la noticia ha dejado a muchos especulando sobre el futuro de la industria del entretenimiento y la forma en que los magnates tecnológicos están influyendo en las decisiones que antes eran tomadas por grandes corporaciones mediáticas tradicionales. La respuesta de Musk y la incertidumbre que rodea la reestructuración de ABC marcarán el comienzo de una nueva era en la televisión estadounidense, una era donde las personalidades influyentes y las disputas públicas podrían ser más determinantes que nunca.