El mundo de la Fórmula 1 está en llamas tras las explosivas declaraciones de Liam Lawson, el joven piloto que Red Bull intentó vender como el próximo gran talento. En un giro que nadie vio venir, Lawson ha confesado abiertamente que no tiene lo necesario para rendir al nivel de Sergio “Checo” Pérez, el veterano mexicano que ha sido el blanco de críticas y rumores durante meses. ¡Y qué momento para soltar esta bomba! Mientras Red Bull lucha por mantener su dominio, este truco fallido del equipo austriaco ha dejado a más de uno con la boca abierta.

Todo comenzó como un juego de trilero: Red Bull, con su habitual aire de superioridad, parecía estar preparando el terreno para reemplazar a Pérez con Lawson, un novato ambicioso que prometía revolucionar la parrilla. Pero el castillo de naipes se derrumbó estrepitosamente cuando Lawson, en una entrevista reciente, admitió su propia limitación: “Sé que no puedo estar a la altura de lo que Checo aporta al equipo. Él tiene experiencia, consistencia… yo aún estoy lejos de eso”. Palabras que resonaron como un mazazo en Milton Keynes, donde los jefes de Red Bull ahora enfrentan una crisis de credibilidad.


El fiasco no termina ahí. Fuentes cercanas al equipo aseguran que Christian Horner y Helmut Marko, los arquitectos de esta maniobra, están furiosos. Habían apostado por Lawson como una carta de presión contra Pérez, esperando que el mexicano cediera ante la amenaza de un relevo generacional. Pero el plan se les volvió en contra: lejos de intimidar a Checo, lo han fortalecido. Ahora, con el Gran Premio de la temporada 2025 acercándose, la pregunta en el paddock es clara: ¿cómo va a salir Red Bull de este ridículo?
Los aficionados no se han quedado callados. En las redes sociales, las burlas hacia Lawson y Red Bull son implacables: “De trilero a payaso en un solo movimiento”, escribió un usuario, mientras otro apuntaba: “Checo sigue riendo el último, como siempre”. Y no es para menos. Pérez, con su experiencia en la pista y su capacidad para mantenerse firme bajo presión, ha convertido este escándalo en una victoria personal sin siquiera mover un dedo.
El telón aún no ha caído en esta saga. ¿Seguirá Red Bull insistiendo en Lawson a pesar de su confesión? ¿O reconocerán que subestimaron a un Pérez que, contra todo pronóstico, sigue siendo el pilar del equipo? Una cosa es segura: en este juego de velocidad y estrategia, Sergio Pérez ha demostrado que no solo corre rápido en la pista, sino que también sabe ganar fuera de ella. ¡Que tiemble la parrilla!