
Rafael Nadal, una de las leyendas vivas del tenis, y su esposa Xisca Perelló han vuelto a captar la atención del público, pero esta vez no en la cancha de tenis, sino en el mundo inmobiliario. La pareja, que ha mantenido su vida personal con gran discreción, posee una espectacular propiedad valorada en 4 millones de euros en un acantilado de Mallorca, la tierra natal del tenista.
Ubicada en una de las zonas más exclusivas de la isla balear, la propiedad de Nadal y Perelló se encuentra en un acantilado con vistas privilegiadas al mar Mediterráneo. Esta joya arquitectónica no solo es un refugio para la pareja, sino también una muestra del gusto refinado del tenista por los lugares únicos y con gran valor paisajístico.
La finca cuenta con una amplia extensión de terreno, lo que garantiza privacidad y tranquilidad, algo fundamental para Nadal, quien ha manifestado en diversas ocasiones su amor por la naturaleza y su necesidad de desconexión del ajetreo del circuito tenístico.
Junto a esta propiedad en el acantilado, la pareja también posee una lujosa mansión valorada en 4 millones de euros. La residencia está diseñada con una combinación de arquitectura moderna y tradicional mallorquina, incorporando materiales naturales como piedra y madera para mantener la armonía con el entorno.
Entre las comodidades de la mansión destacan una gran piscina infinita con vistas al mar, amplias terrazas para disfrutar de las puestas de sol, un gimnasio de alto nivel y un spa privado. Además, la propiedad está equipada con tecnología de última generación en sistemas de seguridad y domótica, garantizando así la privacidad y el confort de la pareja.
A pesar de su intensa carrera deportiva, Rafael Nadal siempre ha dejado claro que su hogar es Mallorca. En varias entrevistas ha expresado su apego a la isla y su deseo de continuar viviendo allí incluso después de su retiro del tenis profesional. Su esposa, Xisca Perelló, también comparte esta visión, lo que ha llevado a la pareja a invertir en propiedades que les permitan disfrutar de la belleza natural y la tranquilidad de la región.
Con estas adquisiciones, Nadal no solo demuestra su amor por Mallorca, sino también su interés en asegurar un lugar donde su familia pueda crecer lejos del foco mediático. Mientras los fanáticos del tenis esperan ver cómo evoluciona su carrera en los próximos años, él y su esposa ya han encontrado su lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la vida.