Washington, EE.UU. — En un giro sorprendente que sacude al mundo del deporte universitario estadounidense, la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria) ha emitido un comunicado oficial anunciando que Lia Thomas, la nadadora transgénero que generó intensa controversia en 2022, ha sido despojada de todos sus títulos, medallas y récords. La decisión ha sido catalogada como “histórica” por muchos, pero también ha reavivado un debate que polariza tanto dentro como fuera de las piscinas.

La resolución ha llegado tras meses de presiones de sectores conservadores, atletas, exdeportistas y organizaciones legales que cuestionaban la equidad de la participación de Thomas en categorías femeninas. En el epicentro de esta nueva etapa está Riley Gaines, exnadadora de la Universidad de Kentucky y crítica vocal del papel de Thomas en las competencias femeninas. Gaines no solo recuperará sus medallas, sino también el reconocimiento como campeona legítima en las pruebas donde compartió podio con Lia.
¿Por qué ahora?
Según fuentes cercanas al caso, la NCAA actuó bajo la influencia de recientes resoluciones legales que redefinen las normas de elegibilidad para atletas transgénero en deportes universitarios. Si bien el organismo no mencionó específicamente las “fuerzas externas”, se especula que grupos de defensa legal por los derechos de las mujeres, así como influencias políticas, fueron determinantes para la reversión del caso.
“La competencia debe ser justa. Este movimiento es un paso crucial para restaurar la integridad en el deporte femenino”, afirmó Riley Gaines en una rueda de prensa, visiblemente emocionada.
El impacto en redes y medios
Desde que se difundió la noticia, el nombre de Lia Thomas ha vuelto a dominar las tendencias en Twitter, Facebook e Instagram. Las reacciones han sido mixtas: mientras miles de usuarios celebran la decisión como una “victoria por la equidad”, otros la consideran una regresión peligrosa en los derechos de las personas trans.
En Facebook, donde el tema ha generado debates encendidos, publicaciones con titulares como “¡Justicia para las mujeres deportistas!” y “Riley Gaines recupera lo que siempre fue suyo” han alcanzado millones de interacciones en menos de 24 horas. Influencers, periodistas deportivos y figuras políticas no han tardado en posicionarse, amplificando aún más el alcance mediático de este acontecimiento.
El antes y después del deporte universitario
La controversia en torno a Lia Thomas marcó un antes y un después en la NCAA. Su victoria en los 500 metros estilo libre femenino en 2022 fue celebrada por algunos como un símbolo de inclusión, pero también criticada por otros por “romper el principio de competencia justa”.
Con esta nueva resolución, la NCAA podría sentar un precedente para futuros casos similares. Se espera que en las próximas semanas se emitan nuevas normativas que regulen de forma más estricta la elegibilidad de atletas en función del sexo biológico.
Riley Gaines: de atleta a símbolo
Riley Gaines no solo ha recuperado sus medallas, sino que se ha convertido en un símbolo de resistencia para muchas atletas femeninas. En su intervención pública, reafirmó su compromiso de luchar por los derechos de las mujeres en el deporte.
“No se trata de excluir a nadie. Se trata de proteger espacios que fueron conquistados con esfuerzo por generaciones de mujeres”, declaró.
Desde el anuncio, ha recibido múltiples muestras de apoyo, incluso se rumorea que podría ser invitada al Congreso para discutir políticas de equidad en el deporte.
¿Qué sigue para Lia Thomas?
Por el momento, ni Thomas ni su equipo legal han emitido declaraciones oficiales. Sin embargo, diversas organizaciones en defensa de los derechos trans ya han manifestado su preocupación por lo que consideran una “discriminación institucionalizada”.
Es probable que este caso escale hasta las cortes federales, lo que abriría un nuevo capítulo judicial y político en torno a los derechos deportivos de la comunidad LGBTQ+ en EE.UU.
La decisión de la NCAA ha generado un auténtico terremoto deportivo y social. El despojo de títulos a Lia Thomas y la restitución de medallas a Riley Gaines no solo reescribe los registros oficiales, sino que también redefine los límites de la inclusión, la equidad y la justicia en el deporte universitario.
¿Es este el inicio de una nueva era para el deporte femenino? ¿O simplemente una pausa en una batalla que está lejos de terminar? El tiempo —y la opinión pública— tendrá la última palabra.