Después de la espectacular victoria de Max Verstappen, el jefe de McLaren, Zak Brown, presentó inesperadamente una queja ante la FIA sobre el motor RB21. Christian Horner también respondió bruscamente.

El mundo de la Fórmula 1 fue sacudido el fin de semana pasado por una serie de eventos que causaron revuelo tanto en el trabajo. Max Verstappen, el cuatro veces campeón mundial, logró una victoria impresionante durante el Gran Premio de Emilia-Romagna, con la que nuevamente demostró por qué es uno de los pilotos más dominantes de su generación. Su Red Bull RB21 parecía perfectamente adaptado al circuito Imola, donde dejó la competencia con una combinación de velocidad y precisión. Sin embargo, mientras el champán todavía fluía en el campamento de Red Bull, McLaren-CEO Zak Brown arrojó una bomba inesperada en el paddock al presentar una queja oficial a la FIA sobre el motor RB21.
La queja de Brown se centró específicamente en presuntas irregularidades en la fuente de energía del RB21, que él cree que puede no cumplir con las estrictas regulaciones técnicas de la FIA. Aunque los detalles de la queja no se han hecho públicos, las fuentes sugieren que McLaren cuestiona la forma en que Red Bull optimiza el rendimiento del motor, especialmente en relación con el consumo de combustible y la entrega de energía en circunstancias específicas. Esta no es la primera vez que McLaren y Red Bull han estado involucrados en una batalla acalorada. La rivalidad entre los dos equipos, y en particular entre el jefe del equipo de Brown y Red Bull Christian Horner, se ha vuelto cada vez más intensa en los últimos años, en parte alimentada por incidentes como la controversia alrededor de las alas flexibles y el techo de costo que excede a Red Bull en 2022.
Brown, conocido por su enfoque directo, defendió su decisión de presentar la queja afirmando que es su responsabilidad asegurarse de que el deporte se mantenga justo. “Todos tenemos el deber de monitorear la integridad de la Fórmula 1”, dijo en un comunicado después de la carrera. “Si tenemos sospechas sobre la conformidad de un automóvil, es nuestro trabajo elevar eso en la FIA. No se trata de rivalidad, sino de igualdad de oportunidades para todos”. Sin embargo, sus palabras parecían causar poca impresión en Horner, quien tomó la queja como un “intento desesperado” de McLaren para sacar a Red Bull de su terreno.
Horner, que nunca es tímido por una reacción aguda, golpeó con fuerza. “Zak debe centrarse en su propio equipo en lugar de crear teorías de conspiración”, dijo durante una conferencia de prensa después de la carrera. “Nuestra motocicleta está completamente controlada y aprobada por la FIA. Esto no es más que una táctica de distracción de un equipo que tiene dificultades para vencernos en la pista”. Horner también señaló el reciente dominio de McLaren en el campeonato de constructores, lo que sugiere que la acción de Brown surge de la frustración de que Verstappen y Red Bull siguen siendo una amenaza seria.
Desde entonces, la FIA confirmó que manejará la queja de McLaren y realizará una investigación exhaustiva. Sin embargo, este proceso puede llevar semanas, y es poco probable que ya haya claridad para la próxima carrera en Mónaco. Mientras tanto, la tensión entre los dos equipos se siente. Verstappen era en gran parte distante de la controversia. Cuando se le preguntó sobre la queja, se encogió de hombros y dijo: “Me concentro en conducir, no en este tipo de molestias. Deje que la FIA haga su trabajo”. Su actitud sobria contrasta bruscamente con la guerra verbal que está furiosa entre Brown y Horner.
Para los fanáticos del deporte, este desarrollo es un nuevo giro en una temporada ya tumultuosa. La rivalidad entre McLaren y Red Bull, tanto técnicamente como personal, proporciona un drama adicional en una competencia que ya está llena de tensión. Si bien McLaren espera que su queja conduzca a sanciones para Red Bull, la pregunta es si el GOK de Brown pagará. Por el momento, Verstappen sigue siendo el hombre para vencer, y su espectacular victoria en Imola subraya que él y su RB21 no pueden simplemente ser empujados a un lado. Las próximas carreras no solo prometen una batalla en la pista, sino también una pelea en las salas de reuniones de la FIA.